Seguramente habrá otra oportunidad para despedir el año definitivamente y hacer referencia al corderito que nos habremos comido, regado con el mejor tinto de Tradición de Familia y perfumado con los aromas de lo que se consiga en estas épocas de sequía.
Y en esta oportunidad me voy a tomar el atrevimiento de citar al gran Osvaldo Bayer (porque si es Bayer es bueno, escuché más de una vez) de su libro "Fútbol argentino" para describir a ese maravilloso rito de patear un esférico en busca de la felicidad colectiva y que es parte central de nuestro Domingazo.
Cito a don Osvaldo: "Un encuetro humano con alegrías y lágrimas, con ruidos y espantos. El circo de la gente pobre, la misa de campaña de los solitarios que quieren sentirse acompañados por una vez. Pero también el circo de los ricos y aprovechados, de los eufóricos y de los aburridos. Es la humanidad en el pequeñísimo cosmos de un cuadrilátero verde. El juego, tan humano como la risa, el llanto, el amor. Jugar. Ver fútbol es también jugarlo.
Un juego capitalista porque requiere rendimiento, afán de ganar, de ser superior. Un juego socialista porque necesita del esfuerzo de todo el equipo, la ayuda mutua para obtener el triunfo, que es una vida mejor. El gol es de todos cuando trabajamos para él. El sueño, la esperanza, el gol."
Y una vez más me permito utilizar una gran imagen captada por Julia para lograr cierta inspiración de bajo vuelo. Tratemos en el fútbol, como en la vida, que esas dos visiones se vuelvan una sola en un resultado superador. Sí, en el balompié se quiere quiere ganar pero eso no significa no entender que esa victoria sobre otro siempre es efímera y pasajera. Y, como dice el gran Bayer, el triunfo es el resultado del esfuerzo de todo un equipo jugando unido por un objetivo común: el gol. Basicamente tratemos de que el fútbol sea un juego más socialista que capitalista, porque en última instancia si logramos el éxito más resonante pero de forma individual vamos a tener menos gente con quien festejar.
Saludos gireños y hasta después de la comilona.
P.D.: Gracias por el libro de Osvaldo Bayer.
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