Para salir de la oscuridad de la ignorancia como con el Iluminismo, y también para eliminar las tinieblas que producen la mentira, la hipocresía, el prejuicio, el consumismo, el individualismo (y tanto otro mal bicho), la Gira -cual Rousseau de Villa Ariza- nos propone su luz, en esta primavera que nace, para aclararnos el panorama y poder contar con todas nuestras opciones de elección.
Porque la Gira es una luz cegadora contra la antigira que pretende un pueblo humillado y triste sin posibilidad de superarse. Así, el Domingazo se propone como recuperación de un pasado alegre e idílico para gestar un momento de utópico y esperanzador futuro en este presente de cambio y lucha.
A la vez, el rito gireño tiene un espíritu romántico de rebeldía y ruptura de lo establecido para proyectarse al más allá permitiendo la posibilidad de superación dialéctica. El Domingazo es una herramienta de cambio para generar contrahegemonia gireña que ayude a revolucionar los aspectos reaccionarios de nuestra cultura.
Y de yapa con toda esta reflexión consecuencia de fernet y prensado, una imagen para homenajear a La Rosadita que supo albergar a la Gira en esos mágicos días primaverales y que pronto se nos va como aguantadero. ¡Inventen genios de la caprichosa, que pocas veces se encontrará un escenario mejor!.
No nos lloren, crezcan.
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